Viriato (147-139 a.C.)
Caudillo de los pueblos
lusitanos, representa la resistencia indígena ante la dominación romana durante
los años 147 al 139 a.C. Su origen se desconoce pero se cree que nació en la
Sierra de la Estrella, la parte más abrupta de lo que constituía la Lusitania
romana. La leyenda dice que fue pastor en su juventud y que tenía grandes cualidades
para el liderazgo. Cuando Viriato asumió el mando de su pueblo, los lusitanos
habían sufrido la represión sangrienta de los romanos y sobre todo la matanza
de Galba. Viriato fue uno de los supervivientes de aquella matanza. Fue elegido
caudillo para dirigir el levantamiento general del pueblo lusitano contra Roma
durante algo más de 10 años. Durante el año 147 a.C. consiguió notables éxitos
que pusieron en manos de Viriato toda la Hispania Ulterior (durante la fase
de conquista la Península fue dividida en dos provincias, Ulterior y Citerior, esta última más cercana
a Roma). Después se dirigió a la Carpetania y derrotó de nuevo a los romanos
Viriato firma un tratado
de paz con Roma durante la legislatura del cónsul Serviliano. Poco después fue
ratificado por el Senado, pero su sucesor Cepión consiguió que Roma lo anulase.
Viriato, después de ser derrotado en Azuaga, se vio obligado a mediados del
año 139 a.C. a negociar la paz con el cónsul romano Cepión. Utilizó para estas
negociaciones de paz a tres jefes de su ejército, Audas, Ditalkón y Minuros,
naturales de Urso (Osuna). Estos tres jefes habían desertado de las filas romanas
pasándose a las lusas. Cepión compró a estos embajadores de Viriato y lo asesinaron
mientras dormía. La muerte del caudillo, además de causar un hondo pesar en
el pueblo lusitano, supuso el fin de la guerra lusitana, aunque todavía continuó
por poco tiempo bajo la dirección de Tántalo, hasta su definitiva rendición
a finales del año 139 a.C.