Entre 1568 y 1570 los moriscos, descendientes de los musulmanes españoles convertidos al cristianismo, se rebelan ante la presión de la corona para que abandonasen sus costumbres y su lengua. Los moriscos de Granada huyen a la sierra de las Alpujarras cerca de Granada desde donde ofrecen resistencia al sometimiento a los ejércitos de la corona. El siguiente texto está sacado de la correspondencia diplomática de la época:
"Los moros que se han sublevado en granada se han multiplicado mucho y están en lugares fortísimos y se han hecho grandes males. El pueblo dice que hasta ahora se han sublevado cerca de 30.000, aunque don Antonio de Toledo me ha dicho que son pocos más de 10.000. La ocasión que han tomado ha sido porque había llegado el tiempo en que se les quitaba algunas cosas que les habían sido concedidas, es decir, el habla y el traje morisco, el lavarse en ciertos baños, hacer varias clases de alegrías, y bailes, y ritos pertenecientes a la ley de Mahoma...; aunque se hayan multiplicado, si no viene escuadra turca no se teme mucho, pero si llegase a tiempo que no estuvieran todavía destruidos, darían que hacer".