Anexión
de Portugal
A partir
de 1580 el Reino de Portugal pasó a formar parte de la Monarquía hispana.
Durante
el reinado de don Sebastián, último miembro de la dinastía de Avis,
éste intentó conquistar Marruecos. Sufre una espectacular derrota en la cual
él mismo muere. Portugal quedó inmerso en un gran desconcierto, con apuros económicos
y con un vacío político. Este vacío político dio paso a una crisis dinástica
que finalmente terminó con la llegada al trono portugués de Felipe II, soberano
de las Españas. Felipe II tenía derecho hereditario
al trono, aunque tuvo que vencer ciertas resistencias antes de ser coronado
rey de Portugal.
Se abría
de este modo un nuevo período en la historia del Reino portugués, asociado al
conjunto imperial hispano aunque manteniendo sus peculiaridades políticas e
institucionales. Esto se debe a que el vínculo que se estableció a partir de
1580 entre España y Portugal fue una simple unión basada en la figura del monarca,
en el hecho de tener un mismo soberano. No se produjo una verdadera unificación
territorial, ni administrativa, ni judicial, manteniéndose cada una de las partes
en completa autonomía.