Martín Lutero y la Reforma Protestante

Monje alemán que desarrolló sus teorías teológicas contrarias a la ortodoxia papal al convencerse de la corrupción y decadencia de la Iglesia Católica, que quiere reformar. Fijó sus tesis en 1517, y ganó un amplio número de partidarios. Johannes Eck se convierte en uno de sus principales detractores e intenta poner a la opinión pública en contra del reformador.

Lutero y Eck se enfrentan dialécticamente en Leipzig, donde Lutero es tachado de hereje debido a su concepto de Iglesia y su opinión de que la fe es lo único que justifica las acciones de los hombres. Según Lutero, la Iglesia con sus ceremonias y sus sacramentos no fomenta la fe, y admite sólo tres: penitencia, bautismo y comunión.

Debido a su enfrentamiento con la Iglesia romana, tuvo que refugiarse en Wittenberg. Allí pudo al fin publicar sus 95 proposiciones (1517) contra la autoridad del papa, los votos monásticos, el celibato, el culto a los santos y dogmas como la transubstanciación, el purgatorio y la eucaristía. Finalmente, expuso su teoría acerca de la justificación por la fe. En Roma, el papa León X condenó a Lutero con la publicación de la bula "Exsurge domine", a lo que éste contestó tildando de Anticristo al pontífice. La bula fue quemada por el monje y el pontífice lo excomulgó. La división entre la Iglesia romana y Alemania estaba abierta. Carlos V trató de suavizar la tensión intentando alcanzar un punto medio entre las tesis de Lutero y la postura papal. Lutero declaró ante el emperador el 16 de abril, pero la mediación imperial no sirvió para que el papado se acercase a las propuestas de Lutero. Éste fue declarado proscrito, se ordenó que sus libros fueran quemados y se le envió a la cárcel.

En 1525 la reforma vive uno de sus más graves momentos debido al estallido de la guerra entre campesinos y señores, motivada en parte por las tesis luteranas de igualdad. En un principio los campesinos recibieron el apoyo del reformador, pero Lutero pronto cambió de opinión y se puso del lado de los príncipes, animando a la represión de la revuelta. El prestigio del monje cayó y aparecieron nuevos líderes reformistas, provocando la escisión de la reforma luterana con la aparición del anabaptismo. Lutero se trasladó a Wittenberg para imponer el orden, saliendo fortalecido.

En el pacto de Nüremberg de 1532, se concedió a la nueva religión el ejercicio público de su culto. La convocatoria del Concilio de Trento por el papa León X fue contestada por Lutero con el escrito "Contra el Papado romano". (Extracto de artehistoria.com)