Vida y obra de Tirso de Molina
Tirso de Molina (Madrid, 1579-Almazán, 1648), seudónimo literario del fraile mercedario Fray Gabriel Téllez, ha pasado a los anales de la historia de la literatura como creador dramático del personaje de don Juan, pero es el conjunto de su obra lo que le sitúa al lado de los nombres más importantes de la comedia del Siglo de Oro (Lope de Vega y Calderón de la Barca). Cultivador también de prosa, con obras narrativas, misceláneas e historias, y de poesía lírica, su fama y renombre se deben a la fecunda labor que realizó para la escena barroca.
Nace fray Gabriel Téllez en 1579, en Madrid, donde cursa estudios de Humanidades e ingresa, en 1600, en el convento de la Merced, para ser ordenado un año más tarde en Guadalajara. Durante la primera década del XVII realiza estudios universitarios de Artes, Teología y Sagrada Escritura. En su actividad dentro de la Orden de la Merced ocupará un lugar destacado: ostenta cargos de responsabilidad, y desarrolla labores pastorales, educativas y teológicas, etc.
Entre 1604 y 1610 coincide en Toledo con Lope de Vega, a quien consideraría su maestro; en 1610 ya es conocido como dramaturgo, y a partir de 1615 comienza a firmar sus obras con seudónimo. El lustro de 1620 a 1625 supone un periodo de gran actividad literaria, que se verá oscurecido cuando el 6 de marzo de 1625 la Junta de Reformación de Costumbres le condena por «el escándalo que causa [...] con comedias que hace profanas y de malos incentivos y ejemplos», recomendando «al Nuncio le eche de aquí a uno de los monasterios más remotos de su Religión y le imponga excomunión mayor latæ sententiæ para que no haga comedias ni otro ningún género de versos profanos».
En 1632 es nombrado Cronista General de la Orden y en 1639 termina la Historia General de la Orden de Nuestra Señora de las Mercedes. Pero un año después es confinado en el convento de Cuenca, privándosele de su cargo de cronista y prohibiendo la publicación de su Historia...; éste y otros incidentes y persecuciones posteriores parecen deberse a la nefasta influencia del conde-duque de Olivares.
En 1646 es elegido definidor provincial de Castilla, y en 1648, de camino hacia Madrid, le sorprende la muerte en Almazán, provincia de Soria.
Se estima que compuso unas 400 obras para los escenarios (en los Cigarrales de Toledo habla de 300), cultivando todos los géneros, pero se conserva aproximadamente un centenar. Sus comedias completas se imprimieron en cinco partes: Primera parte (Sevilla, 1627), Segunda parte (Madrid, 1635), Tercera parte (Tortosa, 1634), Cuarta parte (Madrid, 1635) y Quinta parte (Madrid, 1636).
Continuador de la fórmula dramática lopesca, que defenderá en los Cigarrales de Toledo, su obra presenta unas características propias, unos rasgos personales más acusados. La calidad de su teatro se basa en una aguda capacidad de observación de la realidad política y humana, el tratamiento irónico y, en ocasiones, satírico que imprime a su creación, y una sólida formación intelectual y teológica.
Destaca particularmente el acierto psicológico en la configuración de los personajes, creando una variada galería de caracteres individuales. Sobresale de manera especial la caracterización de los personajes femeninos, fenómeno inusual en la literatura dramática del Siglo de Oro. La crítica ha subrayado en su obra el aspecto de la defensa de la mujer, que, como protagonista de su destino, desde una postura activa reafirma su espíritu de independencia. Un caso ejemplar sería el de La prudencia en la mujer, obra considerada como una de las grandes piezas históricas en el teatro barroco español, en la que retrata a doña María de Molina como reina, mujer y madre (el papel de la madre está prácticamente ausente de la escena española del siglo XVII), además de enfrentar dos concepciones de gobierno (cristiana y maquiavélica).
(Biografía y obra del autor <http://cervantesvirtual.com/info_autor/00000098.shtml#punto1>
23 febrero 2003).