Mística
peruana, su verdadero nombre era el de Isabel Flores de Oliva, pero por su belleza
más tarde recibiría el nombre de Rosa, al que ella añadió de Santa María. Nació
en 1586 en Lima y murió en la misma ciudad en 1617. Desde muy temprana edad
destacó por sus extraordinarios dones místicos y por sus mortificaciones. Ingresó
en la orden terciaria dominica, en la iglesia de Santo Domingo de Lima. Su vida
estuvo marcada por el sello de entrega a los demás: atenciones domésticas, cuidado
de enfermos, etc. Murió a los 31 años. Fue canonizada por Clemente X en 1671.
Es venerada como patrona en toda América Meridional y Filipinas. Se celebra
su fiesta el 23 de agosto.