La Gran Alianza y la guerra de Sucesión (1701-1714)
El emperador de Austria
no reconoció el testamento de Carlos II (el nombramiento de Felipe de Anjou como su sucesor) e inició las hostilidades en Italia,
pero este único enemigo se transformó en una coalición con la entrada en guerra
de Inglaterra, Holanda y Portugal. Lo que más inquietaba a estas potencias marítimas
era la pretensión de Luis XIV de gobernar el patrimonio de su nieto, Felipe
V, como si se tratara de sus propios estados. Se tenía la impresión de que España
y Francia formaban un solo bloque, incluyendo la América española, donde los
intereses comerciales de ingleses y holandeses eran muy fuertes. El 7 de septiembre
de 1701 se firmó en La Haya la "Gran Alianza"; el año siguiente una
escuadra angloholandesa hundió los galeones que acababan de traer de Indias
un gran tesoro. Además de batallas navales constantes, hubo también invasiones
y sublevaciones en la Península donde los catalanes, por ejemplo, lucharon con
los aliados contra España y Francia. Las grandes pérdidas en los Países Bajos
y en Italia y la posición cada vez más fuerte de los aliados finalmente conducirían
a la rendición de Luis XIV y la paz de Utrecht en abril de 1713.