El asiento de negros
Entre principios del
siglo XVI y mediados del siglo XVIII, se establecieron contratos entre la Corona
española y ciudadanos o naciones con los que se rompió el monopolio español
del tráfico de esclavos africanos para traerlos a las colonias españolas en
las Indias. El asentista estaba obligado a pagar cierta cantidad de dinero a
la Corona y tenía que importar un número de mujeres y hombres para ser vendidos
en los mercados americanos. Hasta el siglo XVIII, comerciantes españoles, y
naciones como Portugal, Francia, y Gran Bretaña, participaron en tales contratos.
A pesar de los altos impuestos, la intervención de los gobiernos, y las condiciones
precarias del comercio marítimo en aquella época, que restringían el beneficio
económico del asiento, los extranjeros seguían en su deseo de obtener el asiento
porque ofrecía la oportunidad de entrar en el lucrativo comercio hispano-americano,
y sobre todo de obtener el oro y la plata producidos por el tráfico de esclavos.