La Biblioteca Nacional de Madrid

Heredera directa de la Biblioteca Real (dejó de serlo en 1836), se originó a comienzos del siglo XVIII, tras la guerra de Sucesión, con el propósito de recoger varias colecciones de libros pertenecientes a nobles que habían tenido que abandonar España por apoyar al pretendiente al trono derrotado. A partir de 1716, y sobre todo después de su nueva constitución de 1761, la Biblioteca recibía por disposición real un ejemplar de cada libro impreso en el país.