El concepto de razón ilustrada
"El principio de la Ilustración es la soberanía de la razón, la exclusión
de toda autoridad. Las leyes impuestas por el entendimiento, esas determinaciones
fundamentales de la conciencia presente y referente a las leyes de la naturaleza
y al contenido de lo que es justo y bueno, son lo que
se ha llamado razón. Llamábase Ilustración a la vigencia
de estas leyes. El criterio absoluto frente a toda la autoridad de la fe religiosa
y de las leyes positivas del derecho, y en particular del derecho político, era
entonces que el contenido fuese visto con evidencia y en libre presencia por el
espíritu humano" (Hegel: Lecciones sobre la
filosofía de la historia universal).
a) La autonomía de la razón. 'Sapere aude: Ten valor de servirte
de tu propio entendimiento', con estas palabras Kant
expresaba el carácter autónomo de la razón ilustrada. La razón es suficiente en
sí y por sí misma, por lo que exige confianza en ella y en consecuencia la decisión
de servirse de ella con independencia, sin otros límites que aquellos que le vengan
dados por su propia naturaleza. De ahí la necesidad de analizarla y reconocer
esos límites. Y es que la razón es una y la misma en todos los pueblos, hombres,
culturas y épocas, y tiene una esencia o naturaleza fija, que se desarrolla en
el tiempo pero siempre de acuerdo con esa esencia propia.
b) El carácter crítico de la razón. La razón, autónoma, necesitaba ser
clarificada en su poder e independencia con respecto a aquello que la ahogaba.
Es pues una razón crítica: crítica contra los prejuicios que ciegan y paralizan
la razón. Crítica contra la tradición, entendida como la carga que presiona y
se soporta sin otra razón que el ser pasado. Crítica contra la autoridad externa,
es decir, contra la autoridad no reconocida ni reconocible como tal por la propia
razón. Crítica no contra la credulidad, ya que la propia razón podía reconocer
el sentido de la religión, sino contra la superstición y la idolatría. No contra
el sentido de la idea de Dios y lo divino, sino contra una determinada representación
de Dios.
c) El carácter analítico de la razón. La razón no sólo tiene una naturaleza,
sino que también es el instrumento o medio para conocer, y con el cual interpretar
el mundo y ejercer la crítica. De acuerdo con su naturaleza, la razón es analítica.
Con este término se quiere designar su oposición y diferencia con respecto al
uso de la razón que el racionalismo hizo en el siglo XVII. La razón racionalista
pretende conocer desde sí misma de un modo deductivo y a priori y cree poseer
en sí misma las líneas esenciales de toda la realidad; la razón ilustrada se entiende
como la capacidad de adquirir conocimientos con la experiencia y lo empírico,
referencia esencial.
d) La secularización de la razón. Frente a la concepción racionalista de
la razón, que se remitía a una Teología y pretendía tener un uso y alcance trascendente,
la Ilustración tiene una idea o concepción secularizada de la razón. La Ilustración
rompe la tensión y el equilibrio entre fe y razón, mediante un proceso reductivo
de la fe a lo racional. Exige y realiza la progresiva y total secularización de
la vida humana mediante la desacralización; los grandes temas o cuestiones del
pensamiento teológico son transpuestos a otro orden, y en él son reinterpretados
y mantenidos, aunque en un sentido secular.
e) El optimismo de la razón. El optimismo científico se deriva del progreso
de las ciencias de la naturaleza, de la técnica y de la industria. Lo más significativo
de este progreso no es tanto el salto espectacular que el hombre europeo da en
estos terrenos en el siglo XVIII cuanto la consolidación e institucionalización
de un método de investigación científica y la emancipación de las ciencias naturales
y técnicas de la tutoría de la teología. El método asegura para el futuro un progreso
sin límites: el hombre ha alcanzado ya para siempre un dominio sobre la naturaleza
externa que le proporcionará indefectiblemente la base material de su felicidad.