Moisés Maimónides (1135-1204)
Moisés Maimónides es
el nombre latinizado de Mosheh ben Maimon. Nació en Córdoba y de adulto emigró
primero a Palestina y luego a Egipto, donde murió.
De sólida formación
filosófica, todo su empeño lo cifró en conciliar la filosofía aristotélica -de
la que era un decidido defensor- y la neoplatónica con las creencias del monoteísmo
judío. Para defender la fe se propone interpretar racionalmente las verdades
reveladas, pues, según él, aunque filosofía y fe sean de distinta naturaleza,
no tienen por qué oponerse entre sí, dado que una es la verdad que el hombre
conoce a través de ambas. El cometido de la filosofía es aclarar las verdades
reveladas y refutar los errores que surgen en quienes malinterpretan las verdades
de la fe. Si bien la existencia de Dios se puede probar por argumentos racionales,
nada se puede asegurar sobre su esencia. En contra de Aristóteles y sus intérpretes
árabes, Maimónides reconoce que el mundo no tiene por qué ser eterno. Reconoce
también la inmortalidad del alma, pero "restringida" cuantitativa
y cualitativamente.
Pese a una inicial
resistencia, el pensamiento de Maimónides ejerció un gran influjo en la filosofía
y teología judías, influjo que llegará hasta Spinoza. También la escolástica
cristiana, incluido Santo Tomás, recibió su poderosa influencia. La más importante
de sus obras es Guía de perplejos, que contiene lo sustancial de su pensamiento.