Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)

Poeta, satírico, moralista, novelista y escritor español. Nace en Madrid y fallece el 8 de setiembre de 1645 en Villanueva de los Infantes. No fue tan famoso como Cervantes o Lope de Vega al ser su estilo mucho más rebuscado además de por crearse muchísimas enemistades literarias. Cojo y miope, no tuvo una infancia feliz; su padre murió en 1586, y su madre entró al servicio de la infanta Isabel Clara Eugenia, lo que Quevedo nunca le perdonó. Estudió letras con los jesuitas en Madrid, lenguas clásicas, modernas y filosofía en Alcalá entre 1596 y 1600; se licenció en artes y marchó a estudiar teología y patrología a Valladolid. En 1605 aparecieron 18 composiciones suyas en la Flor de poetas ilustres, de Pedro de Espinosa. Al parecer había recibido órdenes menores para dedicarse al sacerdocio; renunció y regresó a Madrid en 1606 e intentó publicar algunos de sus Sueños, pero la censura de fray Antolín de Montojo lo impidió. El Duque de Osuna le invitó a viajar en 1613 a Sicilia, con lo que inició una nueva faceta, esta vez, como político. Tras el fracaso de la política antiveneciana, volvió a Madrid; el Duque de Olivares ascendió; el duque de Osuna fue detenido y Quevedo fue desterrado en la Torre de Juan Abad. Todos los intentos de Quevedo por acercarse al conde duque de Olivares fracasaron. Hacia 1626 se casó con Esperanza de Aragón, señora de Cetina, mujer mayor y con tres hijos, de la que se separó en 1636. Víctima de la persecución, después de ser un apologista del régimen de Olivares, fue arrestado una noche de 1639 en su domicilio madrileño y conducido a paradero desconocido. No mucho tiempo antes, una composición satírica, cuya autoría Olivares atribuyó al escritor, apareció debajo de la servilleta del rey. No abandonó la prisión hasta junio de 1643, cinco meses antes de la caída de Olivares. Se retiró a la Torre, buscó un buen médico y así llegó a Villanueva de los Infantes a casa de Bartolomé Jiménez Patón, donde falleció.