Ramón María de Valle Inclán (1866-1936)

Escritor español, nacido en Villanueva de Arosa, Pontevedra y fallecido en Santiago de Compostela. Su verdadero nombre era Ramón del Valle y Peña; su juventud la pasó en Galicia. Cursó estudios de derecho en Santiago; no llegó a terminar la carrera y se trasladó a Madrid para trabajar como periodista. Marchó a México en 1892 para colaborar en El Universal y en El Correo. A su regreso a Madrid, vivió en la bohemia de fin de siglo y se hizo amigo de Azorín, Rubén Darío, Benavente y Baroja. Visitó Navarra y se entrevistó con veteranos de la guerra carlista, dispuesto a reunir material para escribir un ciclo de novelas; sus excentricidades y manifestaciones a favor del carlismo no le impidieron declararse partidario de los aliados al estallar la guerra, en 1910, año en el que visitó el frente de Verdúm, donde pronunció un discurso antialemán. Estuvo encarcelado en dos ocasiones por sus ataques a la dictadura de Primo de Rivera. El gobierno republicano le nombró director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, cargo que abandonó en 1934, por encontrarse demasiado enfermo; murió en 1936 profesando un comunismo próximo a la anarquía. Con barba larguísima, alto y enjuto, con anteojos y bastón, Valle-Inclán se convirtió en un personaje popular. Fue un hombre de talante liberal y de izquierdas, que idealizó los valores antiburgueses de un carlismo de raíz literaria, para terminar su vida sintiendo una gran simpatía por la revolución soviética.

Su producción literaria es bastante compleja; cultivó todos los géneros y renovó la novela y el teatro; la obra poética está reunida en tres libros con el título de Claves líricas, 1930. En el primero, titulado Apuntes de leyenda, 1907, se aprecia la influencia de Rubén Darío y recrea el mundo arcaico de la tradiciones y leyendas de Galicia. En el segundo, El pasajero, se hallan expresiones poéticas propias, acompañadas de elementos autobiográficos; en el tercero, La pipa de kif, 1919, encontramos temática bohemia e imágenes que anuncian los vanguardismos futuros.

 En cuanto a la producción en prosa, debemos destacar la tetralogía de las Sonatas: Sonata de otoño: memorias del marqués de Bradomín, 1902; Sonata de estío, 1903; Sonata de primavera, 1904; Sonata de invierno, 1905. Las Sonatas son de una elegancia y preciosismo que recuerdan mucho el estilo de Rubén Darío. Valle-Inclán inició el "esperpento", técnica que, basada en la deformación sistemática de personajes y valores, solía aplicar a una parte de su producción escénica; este término había aparecido en Luces de bohemia, 1920, aunque donde alcanzó mayor entidad fue en Los cuernos de don Friolera, amarga sátira contra la moral militar y la decadencia de España.

Escribió piezas teatrales vinculadas al mito, como Divinas palabras, 1920, desarrollada en un espacio gallego imaginario.